invernadero victoriano

Invernadero victoriano: pasión inglesa

Hace tiempo hablamos del origen del invernadero y su funcionamiento y hoy queremos tratar la fascinación que sufrieron los británicos por los invernadero durante la época victoriana. Por qué surgió la pasión inglesa por el invernadero victoriano?

Las clases altas victorianas disponían de espacio y dinero para crear espectaculares jardines pero también la clase menos favorecida!! Porque disponían en su caso de tiempo suficiente para dedicar su cariño e ideas a las plantas.

Jardín estilo victoriano

Antes de meternos en materia del invernadero victoriano sería prudente conocer qué es el jardín victoriano, no? En unos tiempos donde los ingleses destacaron por su inventiva, experimentación, descubrimientos,… los jardineros británicos no se quedaron atrás. Cansados del jardín romántico gardenesque apostaron por plantas de hojas grandes, parterres, cenadores, invernaderos, viveros y setos boj recortados (ver arte topiario). Se incluyen sin reparos estatuas, fuentes, pérgolas, estanques, enrejados, cestas colgantes,… Interesante resulta conocer que muchos de estos jardines fueron temáticos: de los niños, de hadas, literario,…

cancela victoriana

Las cercas de hierro fundido ornamentadas o de madera como soporte de enredaderas y trepadoras. Fuente: Jardines sin fronteras

Y aquí es cuando los invernaderos adquirieron su gran relevancia por permitirles disfrutar de plantas exóticas, experimentar creando nuevas especies,… De esta manera se aseguraba el reemplaza de las plantas y flores a la menor señal de deterioro.

Por otro lado, la recolección de plantas era un pasatiempo nacional. Además, se popularizó el conocimiento del significado de las flores.

Cómo es un invernadero victoriano

El invernadero victoriano fue muy popular en el S.XIX. Es característico por ser solar pasivo, su tejado en arca o a dos aguas y su estructura se asienta sobre cimientos de ladrillos o piedra. Su sistema consiste en captar toda la energía del sol posible almacenándola como masa térmica en el interior hasta la llegada de la noche cuando se libera para refrescar a la flora que se encuentra ahí. Con ello, es posible cultivar plantas ornamentales y para alimento durante todo el año.

Esta estructura entusiasmó tanto porque no solo cuidaban de sus plantas si no que también lo utilizaban como lugar de ocio o simplemente para sentarse al sol en las estaciones frías. Era ideal para clima británico. No así tanto para países más calurosos como el nuestro ya que se alcanzarían temperaturas demasiado altas.

Invernadero victoriano

Fuente: Gareth Gardner/KEW

Para saber un poco más acerca del invernadero victoriano comenzaremos sobre Temperature House, el invernadero más grande el mundo de estilo victoriano. Se localiza en Kew Royal Botanic Gardens donde acoge a más de 10.000 plantas de zonas templadas: África, Australia, Nueva Zelanda, América, Asia e islas del Pacífico. Y para atraer a visitantes se pueden contemplar hermosos ejemplares de especies muy raras e incluso en peligro de extinción.

Pasión por  el invernadero victoriano en el S. XIX

La sociedad británica experimentó una pasión por la jardinería en esa época debido a diferentes factores:

  • aumento de la riqueza de la clase media por la revolución industrial
  • auge de las exploraciones para realizar nuevos descubrimientos
  • interés por la experimentación
  • aparición de una nueva corriente idealizando lo pastoril que ahora revive como cottagecore, …

Todo esto propició la construcción de estas estructuras de cristal con aire industrial; siendo algunos de dimensiones impresionantes.

Se encontró en la jardinería un ocio saludable y alcance de todos en mayor o menor medida. Además de cultivar plantas (para alimentarse o por decoración) floreció la ganas de diseñar hermosos jardines. La llegada de nuevas especies desconocidas hasta el momento conllevó la necesidad de proporcionarles el clima adecuado. Y voilá! Nació el invernadero de estilo victoriano que no deja indiferente a nadie.

Concursos de rosas

Gracias al buen acogimiento de los invernaderos victorianos el furor por las flores fue tal que sucedió una explosión de nuevas especies engendradas en estas «habitaciones calientes». Y además cogió fuerza por el interés en conocer el significado de las flores en general desde que se publicó Le langage des Fleurs en 1819 por Charlotte de Latour.

Simbología de las flores

Fuente: Barneby

Surgieron concurso de rosas por todas partes. Al disponer a mano de los recursos solo fue dedicación de tiempo y cariño para cruzar especies nativas con las importadas de los confines del mundo y ver qué ocurría. Fue un pasatiempo ideal para alta sociedad que disponía de riqueza abundante para experimentar y contratar jardineros exclusivamente dedicados al cuidado de las rosas. Y todas ellas siempre al abrigo de la intemperie en los invernaderos victorianos! Y así fue como en Francia, en 1867, se obtuvo el primer híbrido de de Té. Siendo la fecha que marca la frontera entre las llamadas Rosas Antiguas y las Rosas Modernas.

Como tema secundario, hablaremos más adelante de la creación del primer código Pantone en el S.XVIII por el naturalista Tadeo Haenke para poner un poco de orden en la codificación y descripción botánica de las plantas antes tanta profusión de colores.

Fascinación por las orquídeas en los invernaderos victorianos

Durante la era victoriana, ya hemos comentado que hubo un afán por salir de expedición a ver qué fauna o flora exóticos encontraban. Esto originó el asentamiento como ocio de los Zoológicos para conocer nuevos animales por parte de la población. Y en el caso de las plantas, los invernaderos victorianos dieron el cobijo necesario para aclimatarlas a su nuevo hogar.

El interés se desbocó cuando por ejemplo, las preciosas orquídeas del Nuevo Mundo se consideraron símbolo de estatus social que alcanzaron precios desorbitados. Así se concertaban expediciones recurrentes para proveer el ansía de posesión de estos acaudalados europeos ya que aunaban tres requisitos fundamentales: belleza, rareza y variedad. Desgraciadamente esta desmesura conllevó a la desaparición de ciertas especies.

invernadero victoriano

Fuente: Gareth Gardner

Lo que hay que agradecer a la aparición del invernadero, cualquiera que sea su estilo, es que debido al cambio climático que ocasiona pérdida de biodiversidad y la necesidad de mantener la seguridad alimentaria disponer de espacios donde conservar las colecciones de plantas es fundamental para nuestra supervivencia. Aprende más en nuestros talleres o actividades en nuestro parque ecológico de Madrid.

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